viernes, 1 de julio de 2016

La medicina del alma


Cada emoción tiene una función en nuestro organismo, para regularnos a nosotros mismos,y también en el contacto con los demás.
Tres características esenciales de las emociones son:

      Complejo de respuestas neuronales y químicas.
      Papel regulador destinado a crear situaciones de ventaja para el organismo.
      Se desencadenan automáticamente.

Si nos fijamos en estas tres características, podemos deducir que es misión imposible tratar de eliminarlas o no querer sentirlas. Puesto que conforman parte de nuestra naturaleza, necesitamos aceptarlas.
Hay una emoción a la que yo le tengo un cariño especial, y me gustaría hablaros de ella.
Es la ira, la rabia, o como mejor te venga llamarla.

Voy a contaros un cuento que me he inventado, en el cual, trato de transmitir la importancia de la aceptación, y la comprensión, como medicina del alma, y la necesidad de aceptar, que el enfado, no solo es un lujo que pueden permitirse los adultos.

Había una vez una niña, que se encontraba con su rabia a menudo, era una niña con mucho carácter y personalidad, con las cosas bien claras. Sabía que su comida preferida eran los macarrones, que no le gustaba el potaje, que le encantaba jugar, y  que odiaba hacer algunos deberes porque eran aburridos. Pero  se daba cuenta que no todo el mundo pensaba igual que ella, sobre todo los adultos que la rodeaban.

Así, la mayoría de las veces la reñían por no comer potaje, no la dejaban comer macarrones todos los días, mucho menos jugar cuando quería, y la obligaban a hacer los deberes. Ella lo hacía, pues no le quedaba más remedio, todavía era muy pequeña para tomar por si misma este tipo de decisiones.

Pero cada vez que tenía que hacer algo que no le apetecía o no la escuchaban, ella se enfadaba mucho, a veces callaba, a veces gritaba, a veces pataleaba, y con el tiempo, pegaba.

Un día salió con sus padres al monte, discutieron porque a ella no le apetecía caminar, estaba cansada, pero la excursión se hacía interminable. Como no la escuchaban,  salio corriendo, enfurecida y llorando. De repente, vio una señal en uno de tantos cruces y  decidió tomar ese camino. Conforme iba caminando, podía apreciar una luz brillante cada vez más cerca. Cuando llegó, se dio cuenta que era una hoguera donde una mujer de piel tostada, con una túnica de color azul, estaba sentada apaciblemente.
Al verla llorando y perdida, la mujer le ofreció agua, y le invitó a sentarse junto a ella.
- ¿Que te ha pasado niñita?
- Salí con mis padres a caminar, pero estaba cansada y no me hacían caso. Yo me enfadé y salí corriendo, después me perdí..
- Oh, parece que tus papás y tu, necesitáis cosas distintas..Es normal, porque tú eres una niñita, y ellos ya son mayores.
- Sí, pero ellos siempre hacen lo que quieren, y yo, para hacer lo que quiero tengo que pelear, y luego todo el mundo se enfada conmigo!. Mi papá y mi mamá  pueden pelear, gritar y a veces pegar cuando se enfadan porque yo no quiero hacer lo mismo que ellos, y no pasa nada!
- Vaya, Imagino que te sientes enfadada con este asunto... Debe de ser triste, que no te escuchen.. Yo creo que cuando no me escuchan, me siento sola...
-Si! Eso es! Así es como me siento!! Me siento triste también...Si al menos me escucharan...
- ¿Si te escucharan, como te sentirías?
- Creo que mejor, más aliviada.
- No patalearías tanto?
- No...
-¿Que necesitas entonces, niñita?
- Que me escuchen, y que también me hagan caso a mí. Yo soy Importante!!!
- Bien..., ya estás mejor?
- Si.. me siento más tranquila
- Pues te voy a acompañar a buscar a tu mamá y tu papá.

La mujer, esparció una hierbas aromática en el fuego, donde aparecieron reflejados los padres de la niña, angustiados buscándola. Así las dos, emprendieron el camino hasta el lugar donde éstos se encontraban.

Cuando la vieron, los padres la abrazaron llorando, creyendo que se había perdido y dieron las gracias a la mujer por cuidarla.

Ésta desapareció entre los árboles.

A los pocos días, la mamá llegó enfadada del trabajo, pues su jefe le había gritado por no acabar un montón de trabajo inesperado.

Al contárselo al padre, éste no le dio importancia, diciendo que podía pedir disculpas a su jefe y acabarlo el día siguiente. ésta se enfureció y gritó: -No me entiendes! No es justo que me gritara!
La niña, recordó la conversación con la mujer del bosque, y le dijo a su mamá:
-Así es como me siento yo cuando no me escuchas, a mí también me ponen muchos deberes.
La madre se sorprendió, miró a la niña y la abrazó.





jueves, 19 de mayo de 2016

¿Qué necesitas?



Para empezar la redacción de este artículo, quisiera compartir con los lectores mi inquietud y motivación a escribirlo.

Esta semana hablaba con una persona muy especial que está en una guardería,  y me contaba como algunas de las cuidadoras, obligaban a los niños a dormir, por la pesada razón  de que "Es lo que toca". Conforme la iba escuchando, me iba sintiendo cada vez más angustiada pensando en el bebé, que lloraba desesperadamente en el inútil intento de expresar lo incómodo y doloroso que era para él, que le obligasen a algo que no necesitaba.

Si yo hubiese presenciado tal maltrato, seguramente hubiese cogido a la cuidadora y la hubiese obligado a acostarse y dormir, dándole palmaditas en la espalda y seguramente atándola, porque un bebé no puede escapar , pero ella sí. Y  es lo que me gustaría que ella experimentase, ignorando su resistencia, hasta que hubiese pasado la hora de la siesta.

Seguramente algunos ahora estéis pensando: "Que loca!" "Eso no se puede hacer" "No puedes obligarla a dormir"

Pues lo mismo pienso yo de esta cuidadora. No puede obligar al bebé, porque es tan humano como los adultos.

Todos los seres vivos, para mantenerse con vida necesitan satisfacer sus necesidades; beber agua, comer alimento, tener protección...

La autorregulación organísmica es el proceso a través del cual nos adaptamos al  ambiente y las satisfacemos.

Los humanos, nos diferenciamos del resto de especies en que tenemos además de las necesidades fisiológicas básicas de supervivencia, aquellas que nos permiten desarrollarnos humanamente, las cuales siguen manifestándose en orden jerárquico durante todo el ciclo vital.
Según Maslow hay dos tipos de necesidades que motivan a las personas:
Necesidades de deficiencia: Aquellas que de no satisfacerse pueden ocasionar déficit en el organismo, por lo tanto hay que llenarlas desde fuera por seres humanos distintos al sujeto, en defensa de la salud.
Rebeca Wilde, las describe como necesidades auténticas: aquellas que pertenecen a la supervivencia de un organismo, acompañan el desarrollo y a los procesos de crecimiento del organismo.

Necesidades de desarrollo: Satisfacción progresiva de las necesidades básicas hasta lograr su desaparición, además de las motivaciones específicas de desarrollo como por ejemplo: Talentos, cualidades ,tendencias, potencialidades innatas...

Las primeras,  nos acompañan desde el momento de la gestación, y hasta más o menos la adolescencia somos dependientes de los adultos para satisfacerlas.

Un bebé llora (Siendo el llanto su principal vía de expresión de sus necesidades), cuando quiere comer, pero también cuando no quiere más comida.
Llora cuando quiere dormir, así, también cuando no quiere.
Cuando no estamos atentos a las necesidades de los más pequeños, e imponemos lo que por norma general o por legado familiar  debe de ser, estamos negando un aprendizaje que es crucial para desarrollarnos como adultos autónomos.

No respetamos las necesidades auténticas del pequeño, y el mensaje transmitido viene a ser que lo que tu deseas/necesitas para regularte y llegar al equilibrio  que te permite estar satisfecho, no es válido.

Por tanto, es difícil exigir por ejemplo a los adolescentes, que llegado el momento, sepan cual es su vocación, ya que han aprendido generalmente a actuar en base a unas normas establecidas según el entorno, y no en equilibrio entre lo que necesitan, y el entorno puede ofrecerles.

Podría seguir con un sin fin de ejemplos en los que de adultos, interrumpimos este proceso de satisfacción de necesidades, que está a la base de la insatisfacción personal y el sufrimiento humano.

Podría decirse que el proceso de autorregulación organísmica tiene básicamente dos fases:  Primero, darse cuenta de la necesidad y, segundo, hacer algo para satisfacerla. Todo el proceso que implica satisfacer una necesidad es natural y relativamente sencillo a menos que esté dañado.

Es complicado validar nuestras necesidades, cuando desde pequeños, nos han transmitido que precisamente no son válidas. Así que de adultos, se torna complicado conectar, (Darse cuenta) y reconocer aquello que necesito, ya que interrumpimos este proceso  a merced estos patrones aprendidos de lo que debe ser.  Y si no nos damos cuenta, resulta poco probable que actuemos, (Hagamos algo),  y nos dirijamos al medio para satisfacernos.

Así, vivimos maltratándonos frecuentemente, y subyugados a lo que por norma debería ser.
La cuidadora, también es víctima de esta interrupción, y seguramente, no se permite conectar con la angustia del bebé, ya que está desconectada de su propia angustia, de su cuerpo, de sus necesidades, de lo básico y esencial para estar plenamente vivo y satisfecho.

lunes, 25 de abril de 2016

LAS PAREJAS POSITIVAS Y LA PATERNIDAD


Cuando un hombre y una mujer, dos hombres, o dos mujeres,  forman una pareja afectiva, tienen un vínculo diferente al que se desarrollará y habrán de construir, cuando decidan ser padres.
El grado de dificultad que encontrarán cuando se conviertan en padres, nueva situación en la que habrán de tomar muchas decisiones, los 365 días del año, durante al menos los primeros 18 años, estará en función de las bases sobre las que hayan construido su relación de pareja.
Una relación de pareja consta de tres partes:
Yo, Tú , y nosotros. Las parejas positivas, dan cabida a cada una de estas partes sin anular ninguna de ellas. El aspecto del nosotros, es donde deben establecer un trato mutuo. En él, experimentan la alegría, el placer, y a veces la lucha de estar unidos, tomar decisiones y funcionar como compañeros de equipo.
La naturaleza de la relación, recibe gran influencia de lo que cada compañero sienta por sí mismo, (Autoestima). Del grado de autoconocimiento y autoconciencia que cada individuo tenga de sí mismo. Y de los estilos comunicativos entre ellos.
Es necesario que una pareja comparta parte de su filosofía parental, valores, creencias, límites que creen necesarios en la educación de los hijos…
Aun compartiendo gran parte de estos factores precisos para criar en equipo, siempre habrá diferencias. Y de estas diferencias, se nutren las relaciones.
Las semejanzas nos permiten acercarnos, pero las diferencias, nos ofrecen la oportunidad de ser más humanos.

¿Cómo resuelven las parejas positivas estas diferencias?

Están abiertas al diálogo y a la negociación para llegar a un acuerdo sin imponer su opinión. Saben que su persona es tan válida como la del otro.
Pueden criticar al valorar un acto, sin criticar a la persona. Y pueden ofrecer alternativas.
Para resolver conflictos, utilizan mensajes yo, en lugar de mensajes tú.

¿Qué son mensajes yo?  Son aquellos en los que cuando estoy en desacuerdo, o algo me molesta del otro, hablo de mí, y de cómo me siento.

Ejemplo de mensaje yo: “Cuando llego a casa y veo que no has hecho la cena, me siento triste y decepcionada”.

Este mensaje es incuestionable, el otro no puede rebatirlo, por una parte, porque es descriptivo, y por otra, porque lo que tú sientes, es tuyo.

De esta forma abres un canal en la relación, te muestras y le das a tu pareja la oportunidad de conocerte, de escuchar y de cambiar.

Los mensajes tú, son aquellos en los que inculpamos, o juzgamos al otro.

Ejemplo: Nunca harás la cena cuando llego, Los hombres no servís para esto. Te Da igual todo… O sutilmente, retirar la palabra o una mirada ofensiva también serían un mensaje inculpador.

Los mensajes tú, promueven en la otra persona una actitud de defensa ya que se siente amenazado. Lo único que puede desencadenar es una discusión y una lucha por el poder y la razón. Pero no un acercamiento.

Características de las parejas positivas, según Virginia Satir:
Ø  Cada persona se vale por sí misma y es autónoma.
Ø  Cada persona puede decir sí o no conforme a sus necesidades. Puede ser emocionalmente sincera.
Ø  Cada persona puede pedir/expresar lo que desea.
Ø  Cada  persona, reconoce y toma la responsabilidad de sus actos.
Ø  Cada cual cumple sus promesas.
Ø  Cada uno puede ser bondadoso, cortés, considerado y real, SIN MIEDO a mostrarse débil o vulnerable.
Ø  Cada uno tiene libertad de hacer comentarios sobre lo que sucede con respeto.
Ø  Cada persona apoya los sueños del otro en todo lo posible, y juntos cooperan en vez de competir.
La crianza es una de las tareas más complicadas que existen, para la cual no hay escuela, y somos eternos aprendices.
Las parejas que se relacionan de forma positiva, se sentirán apoyados y respetados en esta tarea, aun en sus diferencias. Lograrán transmitirles a los hijos un modelo de relación respetuosa, que le beneficiará en sus futuras relaciones.
Sin duda, la forma de comunicarse, será determinante en la construcción de una relación ma/paternal respetuosa.
Las consecuencias de vivir la paternidad en desacuerdo es la crianza de niños inseguros y desconfiados. Niños que han tenido que adaptarse a vivir en dos realidades diferentes y cambiantes. La madre le deja jugar en el salón con amiguitos, el padre llega y los hecha. El padre le da  un bollo para merendar, la madre lo ve comiéndolo y lo riñe…
¿Cómo imaginas vivir en dos realidades distintas, sin saber cuál es la correcta?





martes, 1 de marzo de 2016

La bondad de los niños.

Hace unos años trabajé de responsable de un mini club infantil, en una gran cadena hotelera.
Cada día , era responsable de 25 niños más o menos, de entre 4 y 12 años.  Junto con dos compañeras.

No era la situación ideal, por supuesto, y dado que soy responsable, exigente y respetuosa con el contacto humano,  una ola de pesimismo y enfado me invadió por momentos las primeras semanas. Después me invadía más el estrés y la preocupación de que en un descuido indeseado, algún niño se dañara trepando o saltando desde el tobogán, que es más divertido que deslizarse,  cuando el tobogán es pequeño, y el niño casi igual de alto.

Era totalmente consciente, de que los niños no eran responsables de esta situación de tensión.
Primeramente, el espacio no estaba preparado, las necesidades  que tiene un niño de 4 años y uno de 11 son muy diferentes, y hay que adaptar el espacio y las condiciones a las diferentes etapas evolutivas, y no al revés. No deben adaptarse los niños,  a algo inadaptable! No puedo pedir que un niño de 10 años esté paradito y pintando, y estará dando patadas a un balón, porque es lo que necesita. Necesitamos un espacio más amplio, e indicarle que no dañe a los más pequeños, pero no quiero responsabilizarle. No es responsable de la falta de atención e  información que tenemos los adultos a veces.

Así, muchas veces, actuamos en ausencia de conocimiento adecuado de las necesidades infantiles, sintiéndonos  ansiosos y molestos, y en ocasiones acusando al niño: "Es que es hiperactivo" "Es que le gusta molestar" "Es que le gusta llamar la atención" " Es que es el típico rebelde"...

Es necesario observar el ambiente, observarles, y sobre todo saber, que son BUENOS.
Los hijos son buenos.

Sus hijos, son buenos, están continuamente adaptándose al entorno, que no está precisamente centrado en ellos. Vivimos en una sociedad, que se ha olvidado de ellos, y es necesario, que recordemos, que son el futuro.

Voy a citar un párrafo del libro Bésame mucho, del pediatra Carlos González, el cual me ha resultado muy útil, para darme cuenta de que los niños, son BUENOS.

"Marta está muy a gusto en la cama, un grito de su madre, la saca del precioso sueño que estaba teniendo. Jolín, que lata tener que bañarme, por la mañana hace frío, buag, este vestido no me gusta nada, piensa Marta mientras se prepara.
Hace tiempo que ya no pide la leche con más cacao, pues no hay manera de que su madre entienda que quiere que quede todo negro. Y las galleta redondas, son un rollo, mis amigas las tienen cuadradas, que son más chulis y divertidas, pero tampoco lo voy a pedir ya.
Ahora tengo que lavarme los dientes, con lo que pica la pasta, no se porque nunca o pocas veces hay pasta de fresa. jooo.
Hay que caminar hasta el cole, la mamá no quiere sacar el coche por doscientos metros. Marta se para en el escaparate de la juguetería, tirón de brazo, se para a hacer equilibrios en el bordillo, tirón de brazo,  le pega una patada a una piedra, tirón de brazo.
El cole es un rollo, no puedo reírme, no puedo hablar, no puedo levantarme, tengo que escuchar a la profesora..Hacemos muchos deberes. En el patio mi amiga Isabl, me ha dicho que Laura dice que soy tonta, me siento triste.
Otra vez guisantes para comer en el comedor! ORGGG. Y la tonta de Laura que no se quiere sentar conmigo. Habla con Isabel, para hacerme rabiar.
La vuelta a casa es animada, tirón de brazo en la panadería, tirón de brazo en la juguetería, frente al quiosco...
Hay que hacer los deberes ahora en casa, después ver un poco la tele y dejarla para cenar. Guisantes otra vez!  Jolin! Piensa Marta.
Que quieres de postre? Pregunta la madre, natillas de choco, contesta Marta.
No, antes has de comer fruta. 
No quiero contesta Marta.
La fruta es sana.
Hay plátano?
No, solo pera o manzana.
 No quiero.
Bueno toma la natilla niña."
O no! Marta se ha salido con la suya! Que niña más mala. que rebelde!
Pues no señores, Marta después de ceder durante todo el día a miles de cosas que le desagradan justamente por su condición de niña, ha decidido reivindicar su deseo y su persona, y lejos de malcriarla, lo que puede aprender es a pedir aquello que desea, y a no ser una adulta pasiva.

No se para que iba a servir tener hijos, si la gente no pudiese confiar en ellos.
Charles Dickens


miércoles, 17 de febrero de 2016

EL VALOR DEL MIEDO


El miedo es una emoción que nos viene impuesta desde que nacemos por su valor adaptativo para nuestra especie.

Si los hombres de las cavernas no hubiesen sentido miedo, podrían haber sido devorados fácilmente por cualquier depredador. Así mismo, sin miedo a sufrir daño o morir, no miraríamos el semáforo antes de cruzar la carretera, con penosas consecuencias. Por tanto, es una señal de alarma que nos avisa de que necesitamos protegernos de alguna amenaza, externa o interna.

Norberto Levy, en su libro, la Sabiduría de las Emociones, lo explica de la siguiente forma:

El miedo es como la luz roja de la señal de reserva del coche, que nos avisa de que si no ponemos gasolina, podemos quedarnos tirados en cualquier parte.

Si ignoramos esta señal, la consecuencia será inevitable ¿verdad?. Igualmente, si ignoramos nuestro miedo, también las habrá. Y es entonces cuando se convierte en una emoción desadaptativa . Es decir, no nos ayuda a adaptarnos a las demandas del medio, y nos desregula el organismo, convirtiéndose en ocasiones en pánico y angustia.

Lo beneficioso entonces, cuando sentimos miedo, es preguntarnos:

¿De que nos está avisando esta señal? 

Y entonces, hacernos una segunda pregunta:

¿Que recursos necesitamos incorporar o ampliar a nuestra persona, para conseguir nuestro objetivo?

Aceptar nuestro miedo como aliado, nos permite funcionar adaptativamente.

Si por el contrario lo rechazamos, crecerá con ansia de hacerse escuchar y ser atendido.

Ejemplo: Miedo a dar una conferencia en público: Si el miedo hablara, cuando lo rechazamos, diría algo así: "Ei!!! Por favor, escúchame! que necesitamos ayuda! Si no, puedes quedarte sin trabajo! EEEE!!! que podemos encontrar una solución!

Si finalmente lo escucha, y se hace las preguntas anteriores, por ejemplo podría darse cuenta de:

- Necesita prepararse bien la exposición para sentirse segura.
- Llevar algo entre manos mientras habla, le relaja.
- Puede que no esté preparada para abordar este tema, y quizás tiene la oportunidad de aplazar la fecha o delegar.
- Es normal estar nervioso o sentir miedo a exponerse. Quizás puede empezar la exposición expresando que se siente nerviosa, seguro que el público lo entenderá.

Y así podríamos hacer una larga lista de recursos facilitadores, gestados desde la escucha comprensiva de nuestras emociones.

No hay miedos anormales, sino miedos no escuchados.

Cuando hemos pasado tiempo sin atenderlos, a veces necesitamos un acompañamiento terapéutico, para descubrirlo y seguir adelante.

Hay  miedos, que son evolutivos, normales en la infancia. Me gustaría listar algunos:

Primer año: Pérdida de apoyo, sonidos fuertes, separación, objetos súbitos.

1 a 2 años y medio: Separación de los padres, extraños, tormentas, mar, pequeños animales.

2 años y medio a 6 años: Oscuridad, animales, quedarse solo, fantasmas, monstruos.

6 a 11 años: Sucesos sobrenaturales, heridas, daño físico, muerte colegio..

11 a 13 años: Sociales, colegio, autoimagen

13 a 18 años: Sexuales, autoidentidad, rendimiento personal, académicos, sociales.

¿Cómo acompañar a los hijos cuando sienten miedo?

De la misma forma que nos autoacompañamos como adultos. Si aceptas los tuyos, te será fácil aceptar los de tu hijo, si los rechazas, así mismo rechazarás los suyos.

¿Cómo mostrar aceptación?

- No empujando al vencimiento inmediato.
- No negándolo. Para un niño de 3 años, el miedo a los monstruos es tan normal como que 2 más 2 son 4. Podemos revisar el cuarto, ayudarlo a darse cuenta de que no hay  monstruo, pero no negar su emoción.
- Escuchándolos
- Ofreciendo apoyo.
- Ayudándolos a conectar con sus propios recursos de afrontamiento. Podéis darles ideas o preguntarles que les gustaría, o como les gustaría vencerlo, que necesitan...

¿Cuándo acudir a terapia?

Cuando observemos que se convierte en desadaptativo, interrumpiendo y dificultando las actividades y el funcionamiento diario, del niño, o del adulto.

Y NO SE ALARMEN! COMO HE SEÑALADO ANTERIORMENTE: NO HAY MIEDOS ANORMALES, SINO , MIEDOS NO ESCUCHADOS.


jueves, 21 de enero de 2016


¿Qué es la autoestima? Es el sentimiento de amor y valoración hacia uno mismo.

Pero para poder amarse es necesario tener construido el autoconcepto, es algo así, como tener algo que amar. Si no se quién soy, ¿qué puedo amar de mi mismo? Y si lo que conozco de mi no me gusta, y no lo acepto, ¿Cómo voy a amarme?.

Los adultos, conscientes o no, ya tenemos un autoconcepto. ¿Qué es? No es un concepto unitario, más bien está compuesto de diferentes parcelas: Cómo soy en el trabajo, como soy en mi familia, como soy con mis amigos, como soy cuando realizo actividades que me gustan...

¿Cómo se construye el autoconcepto en la infancia?
Los seres humanos somos seres sociales, existimos con otro.
Esta es la base para construir nuestro autoconcepto desde la infancia.

Los niños vienen con unas características, capacidades, virtudes, con un carácter, que van a desarrollar a lo largo de su evolución como personas.

¿Cómo se desarrollan?
Desarrollarán estas cualidades o las mandarán al fondo de su ser dependiendo de la información que reciban del entorno sobre ellas.

Es decir, si una niña tiene dotes de artista y le gusta cantar, puede desarrollar esta cualidad si la aceptamos y orientamos en su desempeño. O quizás pase a olvidarse de ella, si solamente nos centramos en esta cualidad cuando nos molesta, y la reñimos porque canta cuando estamos comiendo, por ejemplo.

En este sentido es muy importante la información que les transmitimos sobre quiénes son, a través no solamente de las palabras, sino también del lenguaje no verbal.

Imagínate que un niño que 5 años está comiendo y tira el vaso de agua.

Familia 1: La madre lo mira directamente a los ojos con cara de enfado, se levanta refunfuñando sobre lo torpe que es su hijo y limpia el agua.

Familia 2: La madre riñe al niño enfadada con un sermón por haber tirado el vaso.

Familia 3: La madre explica al niño que debe apartar un poco el vaso cuando está comiendo, y lo invita a ir con ella a por un trapo para limpiar el agua que ha derramado. Lo limpian, y después  lo rellenan de nuevo, explicándole tranquilamente que si se mueve tanto cuando está en la mesa esto puede volver a ocurrir.

¿Cómo creen que se sentirá el niño en estas tres familias? ¿ Que creen que habrá aprendido cada niño sobre sí mismo?

¿Qué niño creen que desarrollará una imagen más benévola de sí mismo?

Virginia Satir utiliza la metáfora de una olla que puede estar más o menos llena para referirse a la autoestima.

En la infancia todavía no está formada nuestra personalidad, es en la primera etapa de la adolescencia, cuando empezamos a diferenciarnos de nuestra familia para re-crearnos en un yo individual. Para encontrarnos con nosotros mismos. Y es en eta etapa , muy importante la información que les transmitimos a los adolescentes sobre quiénes son.

No obstante, este camino hacia el ser, empieza en la infancia. La olla se irá llenando de mensajes positivos dependiendo de la información que recibamos del entorno, ya que en esta etapa, dependemos en gran medida de los adultos, y aunque he visto niños con un carácter bien fuerte, incluso ellos, necesitan del alimento de sus seres queridos para seguir creciendo.

Quiero compartir la letra de una canción de Pedro Guerra que simboliza para mi, la ternura y el cuidado que requerimos humanamente :

Cuida de mis labios.
Cuida de mi risa.
Llévame en tus brazos, llévame sin prisa.
No maltrates nunca, mi fragilidad.
Pisare la tierra que tu pisas

Cuida de mis manos, cuida de mis dedos
Dame la caricia que descansa en ellos.
No maltrates nunca mi fragilidad.
Yo seré la imagen de tu espejo

Cuida de mis sueños, cuida de mi vida
Cuida a quien te quiere
Cuida a quien te cuida
No maltrates nunca mi fragilidad
Yo seré al abrazo que te alivia

Cuida de mis ojos, cuida de mi cara
Abre los caminos, dame las palabras.
No maltrates nunca mi fragilidad .
Soy la fortaleza de mañana…

jueves, 17 de diciembre de 2015

LA TERAPIA: EL BENEFICIO DE SABER ESPERAR


El gran reto de hacer psicoterapia es saber estar presente sin forzar el proceso terapéutico.

En la primera sesión,  explico esto a los padres. Es muy importante aclarar que el cambio no depende solamente de mi, y que uno de mis valores fundamentales como psicoterapeuta es el respeto.

Respeto es bailar al ritmo que marca el niño sin forzarlo. Puedo probar a coreografiar un paso diferente en alguna sesión , pero es importante observarlo. Si está preparado, compartirá lo que le propongo, y si no lo está, se cuida, y así, se retrae si lo que le propongo le despierta emociones insoportables. También mágicamente conectamos en una danza preciosa cuando después de varios ensayos (Sesiones) y habiéndose sentido respetado, se abre y comparte conmigo sus más preciados tesoros.

En estas sesiones me siento inmensamente agradecida con ellos, y también feliz de observar que el cambio se está dando. Siento entonces agradecimiento por las sesiones en las que pareciera que solamente jugábamos, ya que ha sido en éstas, en las que hemos plantado las semillas que brotan a su debido tiempo, siguiendo las leyes naturales de los organismos vivos que buscan autorregularse para estar en equilibrio. Y valoro la paciencia de saber esperar, como el campesino que cuida de su huerto y espera a ver los frutos.

Hasta la cuarta sesión, mi objetivo es conocer a la familia.

El motivo de consulta, normalmente es la punta de un iceberg que esconde grandes bloques de hielo en el fondo. Mi trabajo, es bucear junto a ellos, para comprender e integrar su experiencia como familia en el presente de la terapia. Así, con curiosidad, me apoyo en algunos test que me dan información sobre todo de su personalidad, y también observo cómo se relacionan entre ellos.
Cuando ya tengo una idea de la forma de este iceberg, entonces decidimos como vamos a trabajar. 

Normalmente les propongo aquello que considero desde mi criterio profesional más saludable, respetando también sus necesidades, y acordando la forma en que vamos a seguir viéndonos: Con qué Frecuencia, quien vendrá a las sesiones...

Pueden darse diversas situaciones: Que solamente hayan de venir los padres, que alguno de los padres necesite ayuda personal, y la haya proyectado en su hijo, o que necesite venir el niño, y también los padres. Explicaré como trabajo, cuando decido ver al niño.

El trabajo con los padres es muy importante.  El niño que viene a terapia va descubriendo nuevas formas de relacionarse, va cambiando, y los padres necesitan saberlo para apoyarlo en su crecimiento.

Algunos objetivos de las sesiones con los padres:

Orientación: Informarles sobre el paso evolutivo en que se encuentra su hijo ayuda a tener una mirada comprensiva y benévola de la situación. Conocer, ayuda a comprender, y comprender y sentirse comprendido, alivia el alma.

Habilidades de contacto: En el tiempo que llevo trabajando, he observado como en la base de lo que angustia a las familias, hay una falta de puesta en práctica de las habilidades de contacto humano que nos apoyan hacia un crecimiento sano: Escuchar, pedir, dar, recibir, tolerar, negociar.... (Parece fácil?)

Si viviésemos en un mundo más lento, quizás no relegaríamos al fondo la verdadera esencia de la felicidad en las relaciones. La terapia es un espacio en el que pararse y  volver a contactar con lo que nos ayuda a estar sanos y con aquello que nos mueve el alma, que es lo que quizás, nos hace sentir realmente vivos.