miércoles, 3 de diciembre de 2014

Yo: Un viaje al interior




Es bueno que desde pequeños aprendamos a diferenciar lo que nos gusta de los que no nos gusta, aquello que queremos, de lo que no, lo que nos  hace sentir divertidos de lo que nos aburre… De esta forma vamos conformando nuestra  personalidad durante la infancia. Y de adultos, somos adultos felices, felices de conocernos y saber quiénes somos y que queremos.

Cuando basamos el proceso de aprendizaje y crecimiento de los hijos solamente en opiniones externas, profesionales o no profesionales, o en las creencias que nos han transmitido nuestros padres, así como en el hábito, les negamos el don de descubrirse, de descubrir  que les gusta, que desean o que les apasiona.

Y cómo padres, os negáis la oportunidad de conoceros, de escucharos de corazón,  y de reflexionar sobre cómo queréis que crezca vuestro hijo.
En cambio, obedecéis  a normas externas e internas, que no habéis elegido conscientemente, sino más bien, “automática-mente”

Desde la terapia Gestalt, estas normas que han sido internalizadas, las llamamos introyectos. Y son aquellos mensajes que nos han transmitido, bien en el núcleo familiar, o bien en la sociedad, de lo que debería ser. Éstos, son mensajes que nos creemos sin reflexionar. Lo peor de este asunto, es que la mayoría de las veces, no están en sintonía con nosotros, y con lo que de corazón deseamos, y controlan nuestra conducta de forma automática desde la inconsciencia, bloqueándonos  la oportunidad de elegir libremente como queremos vivir.

Estos mensajes representan la opinión de los seres que amamos, en su mayoría, por eso, es tan difícil rechazar algunos de ellos, a pesar de no sernos útiles en algunos momentos de nuestra vida, porque les guardamos lealtad.

Cuando esto ocurre, actuamos en consecuencia con el introyecto.
Muchas veces podemos vivir de esta forma hasta el fin de los días, con mayor o menor grado de satisfacción, y con poco grado de autoconocimiento, ya que es un mecanismo inconsciente, que no ha pasado por un proceso de conciencia reflexiva, que no ha sido decidido, sino instaurado.

Pero en otras ocasiones podemos sentir un conflicto interno, nos sentirnos divididos. Este conflicto, que empieza siendo una sensación corporal de la que muchas veces no nos damos cuenta. Es señal de que parte de nuestra energía está concentrada en empezar a discutir y reflexionar con esta creencia/Introyecto. Es señal, de que nuestro yo, nuestro ser, lucha por tener su lugar, en el fondo, luchas contra ti mismo para escucharte, para saber quién eres, y reconciliarte con aquello que te dijeron que eras.

Si conseguimos extraer aquello que nos sirve de estos mensajes, llegamos a un sentimiento de paz con nuestras raíces y con nosotros mismos, habiendo tomado libremente esta elección.



Algunas veces este conflicto puede manifestarse en forma de excitación, o lo que usualmente, en nuestra cultura occidental, acostumbrada a patologizar al ser humano, llamamos ansiedad. Si lo atendemos, aumentando nuestra conciencia acerca de lo que nos está pasando, es entonces cuando empieza el proceso en el que,  conscientemente elegimos que es lo que nos sirve de esta creencia y que es lo que ya no nos sirve, y nos despojamos de ello.

Cuando decidís ser padres, es importante hacer una revisión de estos credos, de vuestros comportamientos, y de cómo os sentís con todo ello.

Un niño es un reto que nos obliga a mejorar a cada instante, a hilar fino y perfeccionarnos para hacer frente a semejante desafío constante, ¿quién se atreve con ello?
Luis Antonio García

Esta reflexión o viaje interior, os ayudará a responder preguntas clave en la crianza de los hijos:

¿Cómo quiero criar a mi hijo?
¿Cómo quiero relacionarme con él? 
¿Qué quiero transmitirle?
¿Cómo le doy apoyo? 
¿Cómo le hablo? ¿Cómo es mi tono de voz?

Esta es una forma de conoceros, no solamente como padres, sino como personas.

De esta forma rompemos la rigidez del hábito y los deberías, y empezamos a  actuar y a relacionarnos desde nuestro ser más profundo, desde el corazón.

Conoceros, y poner atención a como sois, para centraros en los comportamientos que necesitáis modelar para relacionaros con vuestro hijos, es el mayor regalo que podéis ofrecerles, y el mayor ejemplo de aprendizaje respecto a la importancia de vivir en sintonía con uno mismo.

Es el mejor modelo de autoestima y equilibrio que podéis transmitir a los hijos. En la medida en que los padres os permitáis ser diferentes, ser quienes sois, se lo permitiréis a ellos, les permitiréis ser únicos y exclusivos, y amarse como tales.

Los sentimientos de valía, solo pueden florecer en un ambiente en el que pueden apreciarse las diferencias individuales.

Y ser diferente, requiere de la valentía de mirarnos hacia dentro, y descubrir quiénes somos.



martes, 2 de diciembre de 2014

La Empatía Con Los Hijos


Los seres humanos somos seres sociales y relacionales. ¿Qué significa esto?

Que seamos seres relacionales implica que necesitamos del entorno para sobrevivir y desarrollarnos. Las necesidades más básicas las cubrimos con la comida, el aire y un abrigo. Y con respecto al calificativo de seres sociales, lo somos en cuanto que necesitamos de otro para existir y seguir creciendo.
De niños necesitamos a nuestros padres. 


Según Paul Goodman: 

“Cuidar bien a un niño es dejarlo solo y estar cerca, significa proporcionarle seguridad, audiencia para las proezas, consuelo para las heridas, sugerencias y equipamiento material para el paso siguiente y respuestas cuando pregunta”.

Los estudios de R.Spitz, M. Seligman, y J. Bowlby, confirman de modo rotundo la importancia decisiva, que tiene el impacto relacional del niño con sus cuidadores principales en el desarrollo de su personalidad, así como en su posterior sustento en la vida adulta.

Según Alderfer hay tres tipos de necesidades básicas.

1. Necesidades de existencia: Incluyen las exigencias materiales para la supervivencia: comida, bebida, abrigo…

2. Necesidades de relación: son las necesidades de interacción social positiva: Aceptación, afecto, reconocimiento social, integración en grupos.

3. Necesidades de crecimiento: consideramos como tales a las aspiraciones del desarrollo personal y el logro de metas importantes en relación con los propios valores.

En este artículo me centraré en “las necesidades de relación” y las encuadraré en las interacciones paterno-filiales.

Para poder identificar las necesidades de los hijos una de las claves es la EMPATÍA.
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, es el deseo de comprender su mundo íntimo.

Es importante para los padres, con el fin de ser “empático”, dejar a un lado todo lo que ha acontecido en tu día, y así poder estar plenamente en contacto con las necesidades de sus hijos/as y ayudarlos en su proceso de crecimiento.

¿Cómo se expresa la empatía? ¿Cómo puedo ser empático?
Teniendo una escucha empática:

· Observar atentamente el lenguaje no verbal del hijo: (Expresión facial, lágrimas, pataletas, encoge los hombros, agacha la cabeza…)

· Comprender y estar atento a los contenidos de su mensaje verbal.

· Mostrar comportamientos de atención y acogida: Estos se manifiestan a través de la postura y la distancia corporal, los gestos faciales, el temperamento…

Los hijos no perciben lo mismo cuando les hablas a su altura, observándolos atentamente, que cuando gritas con él, y menos cuando sin tener en cuenta lo que le está ocurriendo le mandas hacer algo en contra de su voluntad.

“Cuando un niño llora o grita, es porque su cuerpo o su corazón están sufriendo”

François D’olto

Y es obligación del adulto acompañarlo, esperando a que pase la tormenta para más tarde dialogar, si tiene más de 3 años. Lo que significa no imponerse y respetar sus necesidades.

Escuchar de forma empática les ofrece un entorno seguro en el que poder manifestar también el dolor, el malestar, y aquellas emociones que acostumbramos a tachar de negativas.

Cuando encuentran aceptación, poco a poco entienden las emociones como parte de la vida y de su crecimiento, pudiendo superarlas con el apoyo adecuado y creando las bases para su futura autoestima. Si no tenemos en cuenta su llanto o su negación, no estáis atendiendo su necesidad, sino la vuestra, (Por ejemplo, vuestra necesidad de que pare de llorar). Trasmitiéndole un mensaje erróneo sobre las emociones y su capacidad de tomar decisiones.

¿Cómo podemos darles una respuesta empática?

Las principales claves de ello son: “LA COMPRENSIÓN Y EL RESPETO”. Mediante un tono de voz bajo y un ritmo pausado lograremos regular la emoción del niño/a que también se irá calmando. Con una mirada no invasiva, dulce y cariñosa. También es importante la distancia corporal ya que habrá momentos en que necesitará que estés cerca, e incluso que lo acaricies y en otros momentos que le des un espacio para patalear.

Esto, no significa dejarles hacer todo lo que quieran, sino como adultos, adoptar el compromiso de acompañarlos en su proceso, respetándolos y dándoles un espacio en el cual expresar su frustración, para más tarde poder ejercer una labor educativa desde el diálogo.

“Es necesario tomar vuestra labor como padres como un desafío, como una novedad de relación única donde la flexibilidad la dedicación y el saber cuidar son elementos claves”

Carmen Vázquez

El Juego: Un Asunto Muy Serio


En Navidades, y con la nueva era de las tecnologías, emergen dudas acerca de que regalar a los hijos.

Por ejemplo, si será saludable regalar tablets, smathphones o videojuegos.

Por lo general, la respuesta a tenemos a posteriori, cuando los padres empiezan a quejarse del tiempo que los niños pasan jugando con la tablet.

¿No le regalo una Tablet entonces?

Pero todos sus compañeros del cole la tienen, y sus vecinos, y los compañeros de extraescolares.

Uno de los principales valores de la práctica terapéutica desde un enfoque gestáltico, es la responsabilidad.

Responsabilidad, es la habilidad que tiene una persona para responder a las exigencias/demandas del medio.

Si solamente te centras en el medio, en el vecino, en los comentarios de las madres del cole… Difícilmente podrás conectar con el poder y la responsabilidad personal en tus decisiones, respecto a la crianza y educación de tus hijos.

Para ejercer tal responsabilidad, es importante adaptarse al entorno social en el que vivimos, y también lo es conocer y ser conscientes de lo que vosotros, papás y mamás, como seres individuales y exclusivos necesitáis, creéis y valoráis.

En este sentido, la cuestión no está en comprar o no una tablet.

Está comprobado que hay muchas aplicaciones en estos dispositivos que estimulan habilidades cognitivas. Así como el lenguaje, la memoria, y la capacidad de planificar y decidir.

La cuestión es responsabilizarse de su uso.

Es difícil gestionar las actividades de los hijos con el ritmo frenético y las obligaciones diarias.

Pero yo no voy a añadir más tareas, voy a sugerir actitudes.

Podéis plantearos respecto al uso de nuevas tecnologías, ejerciendo el privilegio de elegir como queréis educar y criar a vuestros hijos:

¿Para qué le doy “la maquinita” a mi hijo ahora?
¿Para qué no me moleste?
¿Para qué me deje acabar de hacer la comida?
¿Para no “perder” diez minutos explicándole u ofreciéndole otras opciones?

De esta forma, el niño no es el único responsable del tiempo que pasa con la Tablet, ni tiene porque ser el receptor de todas las quejas y culpas.

Quiero señalar algunos de los efectos negativos que tienen el uso de las nuevas tecnologías, aunque como he dicho, si no las utilizamos más de una hora al día, también aportan beneficios.

Obesidad infantil y juvenil
Evitar al máximo cualquier tipo de actividad física por su constante interés en el juego.

Insomnio :

Utilizarlos, justo antes de dormir, dificulta la conciliación del sueño, no sólo por el consumo de tiempo, sino por la luz que emiten, que reduce la cantidad de melatonina que segrega el cerebro, la hormona que favorece la relajación y regula el sueño y la vigilia, dificultando así el sueño y su calidad.

Adicción A los videojuegos:
El uso desmedido de videojuegos puede intensificar el riesgo de que niños y adolescentes se enfrenten al aislamiento social.

Algunos de los síntomas de alerta son:

Dificultad para conciliar el sueño por la sobreactivación del cerebro
Síndrome de abstinencia: Síntomas frecuentes son la ansiedad, la irritabilidad y la ira. Los más pequeños llegan incluso a confundir el mundo virtual con el real.

Estrés y ansiedad
A causa de la excitación que provocan algunos de los juegos.

Falta de atención y fácil distracción:
Si no se regula su uso, pueden ser unos distractores muy potentes, focalizando toda la atención en ellos y restando de otras actividades.

Falta de comunicación en el entorno familiar y falta de contacto.
A través del juego, los niños expresan sus conflictos de forma simbólica, expresan sus emociones adoptando diferentes roles… Es saludable que encuentren una forma simbólica para expresarse, pero puede ser perjudicial si no se regula, ya que la falta de contacto puede generar un sentimiento de soledad profunda.

Hay alternativas de juegos expresivos, que los padres podéis compartir a la vez que os acercáis a vuestros hijos y tenéis la oportunidad de descubrirlos.

Para los más pequeños, las marionetas, los cuentos o las pinturas.

Si los observáis, descubriréis que necesitan, y seguramente os regalarán preciosos mensajes, porque es la forma en la que mejor se expresan.

Pintando con él, posiblemente dibuje un corazón si está agradecido, o si está enfadado por algo, probablemente utilice colores como el negro o dibuje garabatos. Tenéis una gran oportunidad entonces de conocerles mejor y acompañarles.

Los niños, saben expresarse, pero los adultos, hemos olvidado ese lenguaje.

No es necesario dedicar dos horas al día, a veces, con 15 minutos, es suficiente.

Para los más mayores, la lectura es una fuente infinita de aprendizaje.

Raquel Ros, Psicóloga y terapeuta Gestalt, especializada en infancia, señala que el niño ejerce su libertad, ensaya lo posible y lo inédito, descubre nuevas facetas, modela relaciones con el medio ambiente, contacta corporal, emocional y espiritualmente con la realidad externa, a través del juego.

Quiero Compartir.

Quiero compartir con aquellos que lo deseéis, por una parte algunos artículos que escribo para la revista el Comptat así como para otras webs de psicología.  Artículos que forman parte de mi crecimiento y mi constante reciclaje personal y profesional.
También quiero compartir con vosotros algunas reflexiones personales que vengo haciendo en mi proceso de crecimiento.

Gracias!!!